5.07.2007

Dios es estadista

Esta mañana, escuchaba uno de los tantos programas de análisis político en nuestras emisoras AM. En el espacio radial estaban entrevistando a un tal Eugene Rodríguez, u Ortiz, no estoy seguro del apellido, tampoco le presté tanta atención. No obstante, lo significativo, y lo que motiva estas líneas, es que este tal Eugene fue presentado como un “analista religioso” que iba a comentar desde su amplio bagaje eclesiástico y divino la situación del debate sobre la aprobación en el Código Civil de las uniones de hecho para las parejas homosexuales.

Lo primero que quiero comentar es sobre su profesión: “analista religioso”. Por la saturación de las llamadas a la estación, no tuve la oportunidad de preguntarle dónde se estudiaba eso y, más aún, qué era exactamente ser un analista religioso. ¿Un analista de la religión? ¿Una persona que analiza las cosas que pasan desde un punto de vista religioso? Si es así, desde qué punto de vista religioso, ¿el budista?, ¿el de la iglesia maradoniana? Pues, no sé. Ya desde su título empecé a tener dudas sobre esta persona, cuyo “expertise” como “analista religioso” le daba rango e importancia suficiente como para que su opinión fuera divulgada por las ondas radiales.

Lo siguiente es que el entrevistador, luego de presentarle, procedió a preguntarle su opinión sobre las uniones de hecho. Eugene, empezó su análisis religioso respectivamente. Dijo que las personas conocedoras de la religión, o sea, los religiosos, conocían a Dios y sabían sus gustos, por tanto, ellos trataban de vivir su vida agradándole siempre. Por esto, y como la Biblia, que es el medio que tienen para conocer a “El Padre”, dice que las uniones serán entre hombre y mujer, pues Eugene sentenció que las uniones propuestas eran inaceptables para cualquier persona que estuviera buscando agradar al “Señor”. Hasta este punto podemos concluir, que a Dios no le agradan los homosexuales. Ni los bisexuales, me imagino. O sea, eso quiere decir, que Dios, “El Creador”, y cuyo amor es infinito, no le agrada una parte considerable de su creación. Vamos que para él, metió las patas con los patos. Hasta ahora sabemos que a Dios no le agradaba Leonardo Da Vinci; ni el emperador Nerón que se casó con dos hombres diferentes; ni Miguel Ángel, quien pintó la Capilla tan famosa que representa la sede de la fe en la tierra. Tampoco le agradaron, en sus tiempos, Walt Whitman ni Oscar Wilde, aún cuando dejaron grandes obras literarias para la humanidad. Ni la música de Peter Ilich Tchaikovsky ni de Elton John suena agradable a los oídos del Dios creador. Según Eugene, claro.

Habiendo establecido claramente el punto anterior, Eugene pasa a su segundo punto. La pregunta del entrevistador hace alusión, esta vez, a las 'uniones compartidas' que tanto el Arzobispo de San Juan Monseñor González como la Conferencia Episcopal y líderes de iglesias protestantes han planteado como válidas desde el punto de vista de que los homosexuales deben tener los mismo derechos básicos que los heterosexuales, aún, cuando sus acciones vayan en contra de lo que una u otra iglesia prediquen. A su vez, también recalcaron que era importante, para el funcionamiento social, la separación completa de Iglesia y Estado. Todos estos planteamientos son, me parece y tal vez a Eugene no, muy razonables especialmente viniendo de líderes religiosos. Sin embargo, aquí fue donde Eugene realmente me confundió. Primero, cuando dijo que estos líderes religiosos que apoyan estas uniones, ahora, hablan sobre la separación de Iglesia y Estado, pero cuando hubo protestas fueron a Vieques y apoyaron la salida de la Marina. Es interesante que un 'religioso' diga esto porque plantea que él piensa que la lucha por la salida de la Marina de Vieques fue política, y, bueno, ahora parece que también religiosa, y no como fue realmente, una lucha de un pueblo entero por lograr un fin de justicia social. La justicia social no es religiosa ni política, es humana. Eugene parece que no entiende eso al pensar que el hecho de que un religioso apoyara esa causa, lo hacía de inmediato estar mezclando la iglesia y el estado, cuando lo que se está mezclando es la iglesia con la justicia, que es lo que finalmente aspiran las religiones, pienso.

De todas formas, esto no fue lo peor, o lo mejor, no sé realmente. Lo bueno vino cuando el entrevistador le cuestionó, lo mismo que también se preguntarán ustedes y me pregunté yo, ¿qué tiene que ver la salida de la Marina de Vieques con las uniones entre parejas del mismo sexo? Eugene, entonces, se botó. Parece que estaba esperando la pregunta porque inmediatamente replicó: "pues te voy a decir que tiene que ver que tanto el Monseñor González como los demás líderes de iglesias que apoyan esa propuesta hoy apoyaban la salida de la Marina, igual que apoyan el separatismo y el nacionalismo enfermizo". Esto me chocó grandemente. ¿Qué tendrá que ver el nacionalismo enfermizo, con el separatismo, con la salida de la Marina y con las uniones entre personas del mismo sexo? En este momento en mi cabeza había un torbellino de confusión. Entonces, despepitó algo que lo aclaró todo. El entrevistador le cuestionó que si a su entender, se aprobaría finalmente, eso que estaba propuesto, él puntualizó con determinismo: "espero que en este cuatrienio no porque el PNP tiene el control de la Legislatura, pero si fueran los Populares, de seguro, la aprobarían". Bueno, eso me hace pensar que Dios es estadista. Este hombre estaba mezclando los ideales de estatus para el futuro de Puerto Rico con una cuestión de valores y principios sobre si debemos o no garantizarle derechos a una parte de la población. Él añadió que cuando el Dr. Rosselló era gobernador nunca pasaban leyes así, que eso es desde que llegó Sila.

¿Pero qué tendrá que ver? Por ser estadista y apoyar la anexión, ¿automáticamente tienes que estar en contra de los matrimonios entre personas del mismo sexo? ¿Por qué? Acaso este señor no sabe que hay estadistas que son homosexuales. Acaso este señor no sabe, que hay una parte considerable de la población norteamericana que se considera homosexual. Acaso él no sabe que hay muchísimas jurisdicciones en las que no son legales las uniones de hecho, sino los matrimonios entre personas del mismo sexo. ¿Cómo es posible tener la desfachatez de reducir este tema a simplemente una cuestión de ideales y partidos políticos? No en balde nadie toma a las iglesias en serio. Están viviendo sin pagar impuestos, adoctrinando a las personas a pensar igual, y su aportación a la sociedad no es más que hacer “análisis” totalmente errados sobre temas de trascendencia.

El mundo avanza, y nosotros pensamos que si eres popular, independentista o si apoyabas la salida de la Marina pues, entonces, apoyas las uniones de gays. ¿Qué significará eso? Me gustaría ver cómo justificaría él a una persona como Norma Burgos, estadista, que fue presa por la causa justa de Vieques o a Velda González, más popular que nadie, pero que está en una negativa férrea sobre este tema de las uniones de hecho.

Lo que nos dice esto, es que debemos informarnos y alejarnos de personas que no saben NADA de NADA. Estos descerebrados con Biblias debajo de los sobacos son muy peligroso para el mundo, son armas de destrucción masiva, obstruyen el avance social de nuestro País. Esta gente crea ciudadanos inseguros que están todo el tiempo juzgando a los demás, a su vez siendo ellos juzgados por todos, y sintiéndose mal por sus propias acciones. Según Eugene, a Dios no le agradan los homosexuales, estaba a favor de la Marina en Vieques, y, para colmo, es estadista. Pues ese Dios se me parece demasiado a Carlos Romero Barceló. ¡Qué miedo me da!

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