7.16.2007

Temas de Moda

La moda es la defensa al Fortín San Jerónimo. El político que quiera meterse los votantes en el bolsillo hoy por hoy, tiene que estar a favor de Fortín. Escuchamos a personas que no digo que nunca han ido, sino que nunca han escuchado tan siquiera, la historia de ese fortín, defendiéndolo a brazo partido y condenando a los desarrolladores que quieren demolerlo para construir quién sabe qué, otro campo de golf será. Oigan y eso está muy bien, no el campo de golf, sino condenar a esos desarrolladores sin escrúpulos que con su dinero tratan de (y logran) estar encima de la ley, de la historia y de todo. Lo que no está muy bien, para nada, es que éstos que hoy defienden al San Jerónimo, los funcionarios públicos, han permitido por años que ese y otros edificios históricos permanezcan en el más profundo olvido y nunca han hecho nada por restaurar y ni tan siquiera por preservar estas edificaciones. Hoy dicen que el San Jerónimo es de todos y tienen razón, pero sólo en la teoría, porque ayer, antes de que anunciaran su futura demolición también era de todos, y aun así lo vendieron como una propiedad pública cualquiera. No sólo lo vendieron pero también autorizaron, sin darse cuenta como supuestamente pasa casi todo aquí, a que lo demolieran. Por eso que pasó ayer, y que ellos permitieron, es que hoy tienen casi que rogar a los legítimos dueños por que nos cedan el uso del Fortín como un usufructo perpetuo. O sea, el dueño del bastión que nos pertenece a todos, nos va a permitir entrar por donde sea que él disponga y a la hora que el entienda pertinente. ¿Pues gracias a Dios por eso no? Bueno, a Dios, y a los políticos que lo han conseguido, enhorabuena por ellos. La pregunta que me viene inmediatamente es, y cuando finalmente abran el caminito para que los comunes podamos entrar allí y se vaya la moda de defender el San Jerónimo, ¿qué pasará? Pues pasará lo mismo que ha pasado, nadie de los que hoy lo defienden públicamente, ni de los que en sus casas condenan silenciosamente a los desarrolladores irán al fuerte. Permanecerá ahí, sobreviviendo en la costa, solamente que ahora sin pertenecernos pero con un caminito para poder entrar cuando queramos. Si es que algún día.