7.13.2009

La sillita de los cojones

Aquí una pequeña muestra de lo lejos que ha llegado la humanidad en el aspecto de inventarse cosas totalmente absurdas y risibles. Los dejo con uno de los productos que más deben averginzar a quienes han tenido la osadía de comprarlo. Les dejo, con The Hawaii Chair, y su música insoportable:



¿Increíble verdad? Quita el trabajo, de el trabajo. Wao.

Ahora mirando el aspecto de un crisol un poco más serio, profundo y digamos práctico,¿cómo puñeta es posible que un producto así exista? Usualmente en los infomerciales que estamos acostumbrados a ver, se anuncian cosas aparentemente inútiles o innecesarias al menos, pero lo que nunca falta, es el hecho de que la gente parece estar encantada y en éxtasis mientras usan cualquier estupidez que estén anunciando. O sea que si es un plato plástico, el nene se pone extremadamente feliz tan solo sosteniéndolo en la mano; si es una máquina de cortar grama con televisor integrado, pues le ha cambiado la vida al señor; si es una cama que puedes brincar en ella y tener una copa de vino puesta encima de la cama sin que se caiga, pues ahora son felices y duermen 12 horas por las noches; y así. Pero aquí, la gente sentada en la Hawaii están claramente locos por levantarse de su silla, y tú también, porque es insoportable verlo tan siquiera. Qué te digan que podrías trabajar ahí sentado, eso nada más, es un insulto al sentido de la vista que te permite comprobar que claramente no es así.
El cómo un producto así vende escapa mi razón y mi imaginación más disparatada. Lo único que se me ocurre ahora mismo, es bailar un merengue en una silla Hawaii, y gozar de verdad en el trabajo.


Este artículo fue hecho en honor a Billy Mays.

2 comments:

Nerdote said...

diabl es claro no se ven tan encantados cuando pegan a dar vueltas en la mierda esa.

Los Afonics Son said...

Esto deacuerdo contigo.. buena entrada.